No actuar puede conllevar tantos o más costes que arriesgar y actuar. No solemos preguntarnos qué pasará si no arriesgamos, más bien qué consecuencias negativas pueden sobrevenir si lo hacemos.
En el mercado de trabajo actual en que posiciones, trabajos y sectores se destruyen mientras otras aparecen más y más rápido, lo peor que podemos pensar es que nuestra industria o posición es segura.
He escuchado a muchas personas hablar sobre posibilidades pero pocas actúan. Nos frenan los riesgos financieros, el deseo de mantener el confort del entorno familiar como hasta ahora, las actitudes que parecen necesarias y pensamos que no tenemos, los nuevos comportamientos a aprender, pero básicamente, lo que nos mantiene pegados a donde estamos aunque no nos guste es nuestra aversión al riesgo.
No nos gusta lo desconocido, toleramos mal la ambiguidad, los entornos actuales que la jerga americana ya ha bautizado como VUCA (Volatile, Uncertain, Complex, Ambiguos). Sobre todo durante crisis económicas, es un lugar común eso de «quieto parao, ahora no es el momento para moverse». El problema es que esos entornos VUCA no van a desaparecer, todo lo contrario, la única constante va a continuar siendo el cambio pero de manera mucho más acelerada. Nos parece que esta es una situación coyuntural que pasará. Pero no.
Todos tenemos diferentes estándares de tolerancia al riesgo. Pero a veces hay que tomar acción o serán otros los que hagan desaparecer esa posición quizás ya monótona para nosotros, que no nos proporciona vitalidad (por lo que me cuentan) pero que nos hacía mantener el statu quo.
Algunas barreras para tomar acciones hacia un cambio de trabajo van asociadas a las personas con quienes hablamos sobre «ese sueño», ese cambio hacia algo que nos parece mucho más estimulante.
Expertos confirman que no suelen ayudar los consejos de la familia, los compañeros de trabajo, amigos que nos asocian con lo que siempre o durante tiempo hemos estado haciendo. ¿Cómo os suelen mirar, qué energía os transmiten, qué os dicen cuando os atrevéis a hablar sobre un cambio de 90 o 180º aunque sea a medio-largo plazo? Os proyectan su propio miedo.
Parece que puede ayudar más crear y contactar con gente de nuestra red que no nos tenga tan encasillados, para que no pase como cuando una mamá que siempre ha llevado el cabello largo les dice a sus hijos que se lo va a cortar bien cortito. Gente que esté haciendo cosas muy distintas o en el campo que queremos investigar, gente que esté en nuestra red pero no tenga vínculos muy estrechos con nosotros y no nos proyecte sus propios miedos.
Otra cuestión que nos bloquea para tomar riesgos es la idea de todo o nada, de que tenemos que reinventarnos totalmente, como pasar de ser abogado a cocinero en dos meses. Hay maneras de acercarse paulatinamente, pulsar la realidad mediante actividades paralelas, voluntariados, formaciones, impacto en redes naturalmente…Hacer cosas que nos permitan experimentar si ese deseo de cambio, nuevo sector, era una fantasía o aguanta unas cuantas pruebas de realidad.
Arriesgar en el ámbito laboral no es saltar al vacío pero cuidado, a veces es nuestra representación mental.